Los primeros campamentos
Desde hace más de quince años, un grupo de profesores de educación física egresados de la ciudad de Olavarría comenzaron a construir el sueño que siempre anhelaron en sus vidas: armar un lugar donde la posibilidad de convivir con la naturaleza fuese cierta, sin ningún tipo de mediadores e impedimentos.
Así fue que con mucho esfuerzo y trabajo surgió el famoso rancho que hizo que la mayoría de los colegios primarios de la provincia de Buenos Aires y del interior del país conocieran la hermosa ciudad de Tandil.
Bautizado como El Rancho de Popy, en honor a quien fuera el primer habitante de estas tierras después de los indios, el lugar funciona como un centro de actividades recreativas donde contingentes de jóvenes o grupos familiares pueden acercarse a realizar todo tipo de actividades de aventura.
Trescientas cincuenta hectáreas de bosques, sierras y lagos permiten practicar actividades de montaña como el rappel, la escalada con soga o técnica, la tirolesa y el trekking, además de la pesca deportiva de pejerreyes y la navegación en kayak y canoas canadienses que se vuelven posibles en lagunas y canteras.
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